Por Coatza Hoy
Cuando sabemos de casos como el “Vanesa N Evil” ,como se hace llamar en redes sociales la joven de 16 años que torturó y asesinó por diversión a un cachorro llamado “Huellitas”, haciendo público su gusto por el simbolismo y la veneración del “satanismo” por rebeldía, llamar la atención o buscar sentirse un ser diferente, atinamos al pensar que se trata de personas con serios problemas de formación y carencia de valores en casa. Hay quienes logran superar esa etapa en la adolescencia sin causar daños o lastimarse, pero otros no lo logran y terminan dando rienda suelta a sus impulsos de varias formas hasta su vida adulta. También existe la posibilidad de que sean víctimas de abuso.
A Vanesa, alumna del Cbtis 86 de Huachinango en el estado de Puebla, se le busca en redes sociales para saber los pormenores del maltrato que hizo al cachorro que ató y picó hasta desangrarse, y también para cobrarle lo que le hizo. Ha recibido amenazas de todo tipo, insultos. Los datos personales de ella junto con los de sus progenitores, como nombre completo, trabajo, cargo, modelo de coche y placas, lugares que frecuentaban, hasta dónde posiblemente están hospedados ahora mismo se han publicado en redes sociales.
Sus perfiles de Facebook e Instagram no fueron borrados, están abiertos, aunque parece que la cuenta de Facebook es fake. Las fotos del animal con ella son virales. Se sabe que su papá es subdirector de la misma preparatoria donde estudia y su mamá da clases de natación, al parecer separados. Habría que enterarnos por ellos mismos desde cuándo el gusto de Vanesa por actos de crueldad animal.
A través de charlas de WhatsApp entre la chica y su mejor amigo, filtradas en las redes, se supo no sólo de su inmadurez y el saberse ella misma que está mal, sino que no existe el más mínimo arrepentimiento de lo hecho no solo a “huellitas”, al parecer también a otro perro que recibió en adopción con el único fin de saciar su sed infringiéndoles dolor hasta causarles la muerte, misma que friamente describe en las fotos.
Es importante que animaleros que dan en adopción perros o gatos tomen en cuenta el perfil psicológico de las personas, así como realizarle visitas periódicas a esas personas hasta concluir que el animal está en buenas manos.
Por otra parte en cuanto a lo familiar, debemos estar al tanto del comportamiento de los hijos en casa, escuela y redes sociales, sobre todo en su relación con todo lo que le rodea. Ayudarlos en su formación emocional sin forzarlos a abrazar las religiones, sino darles atención, comprensión, tiempo, amor, y enseñarles valores universales, porque un adolescente cuando carece de algo en casa, se ve fácilmente influenciado por todo lo que mentes retorcidas vierten en redes sociales o ven en otros. Ellos se identifican con lo negativo y ahí es cuando vienen los problemas.
Ojalá que los papás de Vanesa traten su problema de forma personal y profesional, porque mañana las víctimas pueden ser personas.
Se preguntan por ahí, qué estamos haciendo mal como padres, sencillamente nada, porque si lo hicieramos no habría jóvenes engrosando las filas para ser narcos o sicarios, tampoco tendríamos altos índices de feminicidios.
El caso de “Vanesa n evill” no será el único, hay muchos más. Dicen que uno como padre o madre, no debemos ser los mejores amigos de nuestros hijos, porque cuando él o ella necesite de un consejo, buscará a alguien por encima de nosotros. Se trata de jerarquías.
¿Todo bien en casa?