Desde que el conductor del programa de Tv Azteca “Ventaneando”, Daniel Bisogno de 50 años, fue hospitalizado de urgencia hace un año, poco se ha sabido de la enfermedad que le ha cambiado no sólo el aspecto sino la vida. Algunos chismosos juraron que tenía VIH y otros que cirrosis por un supuesto abuso de la bebida alcohólica. Sin embargo en últimas semanas volvió a ponerse mal y hasta hoy permanece sedado e intubado.
De acuerdo a los comentarios de sus compañeros y especialistas que conocen de síntomas como el sangrado con facilidad que presentó al principio, Daniel Bisogno dijo la verdad cuando declaró que no era portador del VIH, sino de una enfermedad que tal vez al igual que el virus de inmunodeficiencia adquirida va acabando al enfermo poco a poco.
Según el portal informativo del periódico El Heraldo, el conductor padece Encefalopatía Hepática (EH). Aquí lo informado por un prestigioso hospital.
La Encefalopatía Hepática (EH) se observa con mayor frecuencia en personas con enfermedad hepática crónica. Cualquier cosa que dañe su hígado durante muchos años, como el abuso de alcohol a largo plazo o la hepatitis crónica, puede hacer que se forme tejido cicatricial. A medida que el tejido cicatricial duro reemplaza al tejido blando y sano, comienzan a suceder dos cosas:
- El tejido cicatrizado no puede llevar a cabo el proceso de convertir las toxinas en sustancias inofensivas como lo haría normalmente un hígado sano.
- El tejido cicatrizado puede bloquear el flujo de sangre a través del hígado causando presión arterial alta en las venas dentro y alrededor del hígado (llamado sistema venoso portal). Esta condición se conoce como hipertensión portal.
Cuando su hígado no puede filtrar las toxinas de su sangre o cuando el flujo sanguíneo a través de su hígado está bloqueado, las toxinas se acumulan en su torrente sanguíneo y pueden ingresar a su cerebro.
El amoníaco, que es producido por su cuerpo cuando se digieren las proteínas, es una de las toxinas que normalmente su hígado hace inofensivas. Pero cuando el amoníaco, o una variedad de otras sustancias tóxicas, se acumulan en su cuerpo cuando su hígado no funciona bien, puede afectar su cerebro y causar encefalopatía hepática (EH).
Cirrosis del hígado y síntomas
La encefalopatía hepática (EH) se observa con mayor frecuencia en personas con enfermedad hepática crónica y es una complicación importante de la cirrosis.
¿Qué es la cirrosis?
La cirrosis es la cicatrización permanente del hígado. El tejido cicatricial duro reemplaza al tejido blando sano. El hígado fallará y no funcionará correctamente si no se trata la cirrosis.
¿Cuáles son los síntomas de la cirrosis?
Los síntomas de la cirrosis pueden variar con el tiempo y causar complicaciones. La pérdida de apetito, cansancio, náuseas, pérdida de peso, dolor abdominal, vasos sanguíneos en forma de araña o picazón intensa pueden ser síntomas a tener en cuenta.
Complicaciones
Las complicaciones pueden aparecer como ictericia (una coloración amarilla de la piel y el blanco de los ojos), cálculos biliares, hematomas y sangrado con facilidad, acumulación de líquido e hinchazón dolorosa de las piernas (edema) y abdomen (ascitis) o encefalopatía hepática.
Síntomas de falla
La insuficiencia hepática ocurre si el hígado ha perdido toda su función debido a la cirrosis causada por diferentes enfermedades hepáticas.