En México la incidencia de ataques de perros de la raza Pitbull continúa sin que las autoridades hagan algo para regular su tenencia, y obligar a que sus dueños sean responsables con ellos desde su crianza. El último caso fue en Jiutepec, Morelos, donde un menor que caminaba junto a su madre al salir de la escuela fue atacado terriblemente por un pitbull que escapó de una casa. El niño de 5 años presentó mordeduras en rostro y hasta parte del cuero cabelludo tenía desprendido.
Aunque el menor parece estar fuera de peligro las secuelas las llevará toda su vida. Y como este caso hay muchos más por la irresponsabilidad de los dueños que casi siempre exclaman, es tranquilo no muerde, pero es el instinto de estos animales lo que los lleva a atacar hasta la muerte. Por eso deben tener mucho cuidado en no permitir que se les escapen.
Un país que está tomando serías medidas en contra de estos ataques es el Reino Unido, donde se prohibirá la tenencia de la variedad más grande de la raza de perros American Bully XL, luego de que una persona muriera tras ser mordida por dos de estos animales y otros incidentes sucedidos en las últimas semanas, que dejaron varios heridos, incluido un niño de dos años.
El anuncio fue realizado este viernes por el primer ministro, Rishi Sunak, quien consideró que estos animales representan “un peligro para la comunidad”.
La raza, que es originaria de Estados Unidos, es resultado de un cruce de varias otras como el American Staffordshire Terrier, el Pit bull, el Bulldog Inglés, el americano, y también el francés.
El Pitbull ¿”perro niñera”?
Durante 150 años, los Pitbull eran considerados el perro ideal para cuidar de los niños de la casa. El apodo de esta raza fue “perro niñera” por un siglo y medio.
En tests de temperamento (es decir, el equivalente a cuántas veces un niño puede meterle el dedo en el ojo a un perro antes de que lo muerda), la raza más tolerante fue el Golden Retriever. El Pitbull fue la segunda.
En la actualidad el “perro niñera” es considerado como “perro potencialmente peligroso”. Pero el problema no es del animal, sino su crianza, sus dueños, la negligencia e ignorancia de quienes los crían y la mala publicidad. Por supuesto, cada vez que un Pekinés muerde, nadie se entera, pues ese titular no vende.