Donovan Carrillo estaba radiante después de anotar su mejor marca personal en el programa corto, 79.69 puntos. Siendo ya el primer patinador artístico mexicano en competir en los Juegos Olímpicos en 30 años, se convirtió en el primer patinador mexicano en calificar para el programa largo.
“No quería que terminara”, dijo después. “Quería seguir patinando y viviendo el sueño olímpico. Para mí clasificar también para el patinaje libre es un sueño hecho realidad”.
Carrillo entrena junto a niñas en su mayoría de 11 a 14 años en una pista de un centro comercial en León, México, que no es de tamaño olímpico, y le tomó un día en Beijing ajustar su programa a la pista más grande. Pero Carrillo dijo que si bien ha tenido la oportunidad de entrenar en Europa o Estados Unidos, quería quedarse en México. “Creo que es mejor enfocarse en lo que tienes y explotar eso”, dijo.
Carrillo patinó la primera mitad de su programa corto con “Black Magic Woman” de Santana, cuyo guitarrista principal, Carlos Santana, nació en México. “Es algo que siempre trato de hacer con mi actuación, involucrar la cultura mexicana”, dijo Carrillo.
Su traje, un impresionante número negro y dorado, fue diseñado por el diseñador de moda mexicano Edgar Lozzano , quien normalmente no diseña para el patinaje artístico. Carrillo dijo que Lozzano acordó diseñar el traje tres semanas antes de los Juegos Olímpicos, y Carrillo lo recibió solo una semana antes de partir hacia Beijing.
“Me encanta”, dijo Carrillo. “Creo que es muy cómodo, me encantan los colores, me encanta el diseño, y creo que me dijo que tiene como 17 000 Swarovskis, así que es muy especial”.
Con información de The New York Times