Por Leo García
No se sientan, que no les duela, porque seguro apenas y conocen a esta artista que en los 80 debías tener todos sus discos, no perderte sus videos y revistas.
La estrella solo equiparable a Michael Jackson con una voz que te hacía bailar o estremecerte. Su última gira “Celebration Tour” con la cual visitó México está reducida solo a la sorpresa de ver bailar, como una Tongolele, a un ícono del pop de 65 años que físicamente se mantiene firme en el escenario, pero más allá de eso, pasó a convertirse en un estandarte humano de la comunidad LGBTQ. Jamás le criticaría lo que se ha inyectado e injertado para no verse en plena vejez.
Pero la Madonna que nos cautivó como una artista completa, dejó de serlo después de “Bed Time Stories”, su sexta obra musical lanzada en 1994, aun preocupada por la música y su voz en ella. No por nada tuvo en la producción y dirección del disco a Nellee Hooper, Dallas Austin, Baby Face y Marius De Vries, quien más tarde trabajó con Bjork en su álbum “Debut”.
Esta última gira con la cual celebra 40 años de trayectoria musical, le cortaríamos 10 porque después de la mitad de los 90 Louise Ciccone, empezaría su decadencia que pudo sobrellevar intentando mejores discos donde su voz e interpretación le sumaran valor. Pero no, Madonna se lanzó al rescate de una carrera que había pasado a otro plano, donde sus fanáticos la mantendrían a flote, solo que prefirió darse un beso con Britney Spears y alabarla como su sustituta, ¿dónde está la “princesa del pop”? seguro inventando cómo llamar la atención después de su baile de cuchillos.
Ahora en 2024 cuando Madonna debió cerrar celebrando con sus canciones, trajo un aburrido concierto con sobre uso de escenografías y bailables, orientando todo hacia la comunidad LGBTQ. Para muestra los personajes que ha subido al escenario para interactuar con ellos como en el último concierto con “Wendy Guevara” sólo para granjearse a ese público que disfrazados solo espera la aceptación de la gran Madonna.