Por Leo García
Nos sorprendió ver una foto reciente de Lilly Collins con su famoso padre Phil Collins, donde el músico y cantante se ve físicamente deteriorado, no por sus 72 años, sino por los problemas de salud que enfrenta y que lo hacen lucir mucho mayor.
En diferentes entrevistas con sus hijos y también con miembros de su exbanda Genesis, se ha logrado saber que desde hace 10 años el que alguna vez fue llamado el mejor baterista del mundo por una revista especializada, hoy se encuentra en el ocaso de su trayectoria musical, derivado de sus problemas de salud.
El oficio de ser baterista le habría pasado la factura en el 2000 cuando en una gira tuvo un problema en la columna vertebral. Más tarde en 2007 le empeoró durante otra gira con Genesis. Y en 2009 también tocando se dislocó dos vértebras del cuello que aplastaron su médula espinal, afectándole las manos por lo cual se amarraba las baquetas con cinta adhesiva para no dejar de cumplir con las presentaciones.
Otras afecciones llegaron a su vida como un problema en el oído que lo estaba dejando sordo. Una pancreatitis aguda que le dañó el páncreas de por vida, Tuvo una fuerte caída con secuelas. En 2014 la espalda otra vez lo mataba de dolor, siendo operado sin éxito pero que le dejó un pie con dificultad para caminar.
Derivado de todo lo anterior el deterioro físico se ha hecho más presente en el músico y cantante británico, dejándole casi inmóvil en sus extremidades, al grado de no poder sostener las baquetas para tocar la batería ni tocar piano. Sus últimas presentaciones de reunión con Genesis en 2022 fueron en silla de rueda en el escenario, contando con el apoyo como músico de su hijo Nick Collins, quien es brillante baterista como su padre.
Él mismo Phil Collins ha dejado entrever que está pagando sus malos actos. Y es que su vida personal ha sido de constantes conflictos emocionales, sobre todo con su última pareja, madre de dos de sus hijos, a quien tras perder una demanda debió indemnizar con 26 millones de libras, además de hacer declaraciones como que la estrella no se bañaba ni se lavaba la boca, al parecer en venganza al maltrato recibido.
A través de Netflix conocimos a su hija Lilly Collins, protagonista de la serie “Emily en París”, quien también por palabras de ella sufrió el abandono y desprecio de su padre al separarse de su madre. Situación que por años la habría llevado a padecer anorexia, trastorno que se logra ver en su físico actual.
En lo más importante que es su música, vendió, tal vez por problemas económicos, los derechos de casi todo su catálogo musical de solista.
Phil Collins, aún vivo, deja en Genesis un legado regular desde 1975, cuando debió tomar el lugar de Peter Gabriel al salir este de la banda para forjar una respetable trayectoria en solitario. Desde ese momento el estilo de Genesis con Collins a la cabeza se sacudió el dramatismo y deslavó poco a poco el sonido progresivo impreso por Gabriel. Así vinieron discos más accesibles, adentrados en un rock pop de éxito considerable en ventas más no tanto en el aprecio de sus fans originales.
A la par desde 1980, Collins se hizo de una carrera como solista más aplaudida que de culto, aunque debutó con el tremendo Face Value, no tardó en facilitarse la vida con un sonido más tirado al pop sin mayores pretensiones, hasta se prestó para grabar el tema You’ll Be In My Heart de la película Tarzán, dedicada a su hija Lilly.
